Botella Aragón

La historia de la botella se remonta a la Venecia del siglo XIII donde estudiosos y científicos empezaron a investigar el vidrio.

Desde entonces la botella ha ido experimentando cambios en cuestión de formas y métodos de elaboración, siendo en el siglo XVIII cuando se empezaron a fabricar las botellas que ahora conocemos. Desde entonces pocos cambios significativos se han introducido en su diseño y fabricación.

La Botella Aragón nace de la mano de Alfonso Soro, alfarero de cuarta generación, apasionado por la cerámica y el vino. Esta botella se elabora en gres, una a una y sus propiedades la diferencian considerablemente de una botella de vidrio convencional, proporcionando al vino el envase óptimo para su conservación y evolución con el paso del tiempo.

La cerámica es un material totalmente opaco que protege al vino 100% respecto al paso de la luz, evitando así la degradación progresiva del vino que supone dicha exposición.

La forma esférica reduce la superficie de contacto con el vino en un 50% respecto a una botella convencional. Esta propiedad y el mayor grosor de su pared, de unos 5 mm, confieren a nuestro envase una gran inercia térmica y le permiten evitar que los cambios de temperatura puedan afectar negativamente al vino.

La historia de la botella se remonta a la Venecia del siglo XIII donde estudiosos y científicos empezaron a investigar el vidrio.

Desde entonces la botella ha ido experimentando cambios en cuestión de formas y métodos de elaboración, siendo en el siglo XVIII cuando se empezaron a fabricar las botellas que ahora conocemos. Desde entonces pocos cambios significativos se han introducido en su diseño y fabricación.

La Botella Aragón nace de la mano de Alfonso Soro, alfarero de cuarta generación, apasionado por la cerámica y el vino. Esta botella se elabora en gres, una a una y sus propiedades la diferencian considerablemente de una botella de vidrio convencional, proporcionando al vino el envase óptimo para su conservación y evolución con el paso del tiempo.

La cerámica es un material totalmente opaco que protege al vino 100% respecto al paso de la luz, evitando así la degradación progresiva del vino que supone dicha exposición.

 

La forma esférica reduce la superficie de contacto con el vino en un 50% respecto a una botella convencional. Esta propiedad y el mayor grosor de su pared, de unos 5 mm, confieren a nuestro envase una gran inercia térmica y le permiten evitar que los cambios de temperatura puedan afectar negativamente al vino.

No obstante, la característica más innovadora es la incorporación en su pared de una válvula micro-porosa, esta válvula permite que el vino siga micro-oxigenándose y por tanto, haya una evolución de los aromas y lo más importante, que los taninos que contiene el vino sigan polimerizando gracias a esta pequeña aportación constante de oxígeno. De esta forma, se dota al vino de una mayor estructura y por tanto se mejoran las aptitudes del mismo mediante el envejecimiento en nuestra botella.

Es el enólogo el que, analizando las características del vino, decidirá que válvula llevara su Botella Aragón, bien podrá ser cerámica con mas o menos porosidad o bien de madera de roble, americano o francés, con diferente tipo de tostado.

En el proceso de elaboración, nuestras botellas, son numeradas a mano, una a una, de forma correlativa, independientemente del elaborador de vino al que vayan destinadas. De esta forma, a través de nuestra Web, el cliente final puede obtener una trazabilidad completa del continente y del contenido, permitiéndole conocer y disfrutar de nuestro producto en toda su condición y plenitud.

La historia de Alma d' barro